martes, 21 de febrero de 2017

Nota publicada en "El Lobo Estepario"

Por Raúl Bertone

“Erovix fue saber que hice algo que la gente iba a leer”


Guerreros rudos, de gesto adusto, brazos gruesos como columnas, y la promesa de una batalla épica. Entre mundos de espadas y hachas, Sebastián Carrera Kaos traza sendas por esas tierras, con su lápiz y su particular estilo. La historieta es como un sueño. Pero geométrico y ordenado. Es narrar con dibujos. No sólo dibujar sino contar historias con los dibujos. Condensando en sus cuadros todas las fantasías y aventuras que tiene el hombre. Y de esa fusión, de ese juego rítmico entre la imagen y la palabra, fue parido Erovix, el Galo, una de las historias que ha marcado estos cuatro años de la revista pampeana HB. Una publicación que se sostuvo en el tiempo para alegría de los amantes del género. Apostando y asumiendo el desafío en un tiempo complicado para una aventura editorial de este tipo.
La historieta como forma de expresión es noble y fascinante. Y HB muestra en cada cuadro una deliciosa combinación de estética e ideas. La esencia se mantiene inalterable entre viñeta y viñeta, marcando el ritmo de la lectura. La composición de la página, la puesta en escena, la disposición del texto, todo eso marca una serie de factores que conforman un todo en el que es difícil dar más importancia al texto o al dibujo. La posibilidad de crear una realidad fantástica con mucha complicidad con el lector. Ese maestro del dibujo llamado Juan Dalfiume definió a los historietistas como herederos de trovadores y bardos que cuentan historias en una noche de invierno. Y esa esencia está viva en un grupo de dibujantes y guionistas pampeanos que en un tiempo donde los cambios buscan imponerse con su aluvión tecnológico, digital o virtual, se decidieron por el papel, con todo ese halo de romanticismo que adquiere.
El sábado 17 se producirá otra convocatoria con personajes e historias construídas por el trazo de un dibujante, construcción que va de la mano con el aporte indispensable de quien articula un guión. En el Centro Municipal de Cultura (CMC) de la ciudad de Santa Rosa, ubicado en la calle Quintana 172, se estará presentando el segundo libro de HB. El debut en ese escenario fue con Frontier Piche, el lenguaraz, de Martín Viñes, y ahora se trata de Erovix, el Galo, la zaga construída por Kaos, donde en 168 páginas se recopilan 11 episodios de la serie, con ilustraciones inéditas. Ese día, desde las 19:00 horas, quienes concurran podrán, además, disfrutar de una muestra de originales, de dibujos en vivo y quienes deseen, podrán adquirir la colección de la revista hasta hoy.
La historieta atraviesa desde hace un buen tiempo una especie de revival. Desde 2009, cada 4 de setiembre se celebra en nuestro país el Día Nacional de la Historieta Argentina. Todo se gestó a partir de una iniciativa de testimoniar cada año lo ocurrido en 1957. Esa vez, el lápiz de Francisco Solano López había dibujado a su guionista, Héctor Germán Oesterheld, sentado en su estudio. De pronto, aparecía quien se convertiría en un personaje emblemático de la historieta mundial: Juan Salvo, El Eternauta. Luego, la nevada mortal, los manos, los gurbos, la resistencia, el hongo atómico sobre Buenos Aires. Leer historieta es tomarse, cada tanto, el mejor de los recreos. Un tiempo para oír cómo precisamente bajo la piel se oyen las órdenes mágicas de Iris Coffee, los pasos de Gilgamesh, los gemidos de Custer, los silencios de Perramus…La historieta quizás insinúa que fue (es), a veces, voluntaria o involuntariamente, un reflejo de la Argentina, cruel en el fondo, en el trasfondo o en el semifondo, cruel en el efecto, como es todo lo marginal. Los hacedores de HB se encargan de extender la magia.
“Para mí es todo un honor. Como te dije una vez, poder encontrar una historieta mía publicada en papel significó algo grandioso, y bueno, esto lo estaba esperando. La idea es concretarlo con aquellas series que se mantienen al menos con diez o doce capítulos, por lo que seguramente serán varios los libros que saldrán. El primero fue Frontier Piche, por lo que este sería el segundo y el próximo contemplará Apocalipsis. El primer formato libro fue el anuario, a modo de prueba piloto, que salió publicado a través del Fondo Nacional de las Artes, y fue un éxito. Erovix significa mucho para mi, fue saber que hice algo que la gente iba a leer, lo que hacía antes lo subía a internet y uno no sabía si iban a leerla o no. Cuando se fue armando el libro pude comprobar que uno fue mejorando con la serie, miraba los capítulos y me di cuenta de eso, aunque por supuesto quiero seguir evolucionando mucho más. Pude pulir tanto mi dibujo como la narrativa, hay detalles. En ocasión de la visita de Rubén Meriggi la saga iba por la mitad y él, que trabaja ese estilo, la vio, me tiró un montón de consejos y eso me sirvió muchísimo también”, contó el dibujante y guionista piquense, abriendo la charla con Lobo Estepario.

– ¿Cómo nació Erovix, de qué forma fuiste articulando la historia?
– Hace unos tres años me pidieron un unitario relacionado a lo que me gusta, lo épico e histórico, y lo hice en dos capítulos. Cuando terminé me dijeron “Che!, ¿y si la seguís?”, y bueno, el personaje me había gustado, y entonces me animé con una historia que tuviera un cierre argumental. En un primer momento pensé ocho capítulos, y a medida que avanzaba le metía otro para desarrollar algo más, por lo que llegué a 11. Ahí me quedó bastante completita. Personalmente es un gran desgaste escribirla y dibujarla, me lleva tiempo, y si bien me animaría a seguir con el guión unos capítulos más, estaría bueno conseguir alguien que se anime y pueda llevar la historia hacia donde la tengo pensada. En el libro pude meter aquellas páginas que tuve que suprimir en la revista por una cuestión de espacio, como si fueran las escenas eliminadas de una película. Además tiene un montón de cosas extras. Ahora estoy armando otra serie épica con guión de Hernán Molina, se va a llamar La leyenda de Rojnar, el primer capítulo ya está y saldrá en el próximo número de HB.

– Pienso que toda esa alimentación de tanta lectura adolescente está volcada de alguna manera en el personaje...
– A mí me gustó siempre leer historietas de aventuras, por ejemplo Nippur de Lagash, Conan el Bárbaro, Argón el Justiciero, Dago, Alvar Mayor. Es primordial esa temática y si bien no hay explícito un mensaje político, algo atrás tiene. Hacer referencia a la esclavitud o la liberación de los esclavos tiene algo de eso, pero no lo busqué. El objetivo fue armar una aventura para entretener, como cuando era chico, y me sentaba a leer para evadirme. Erovix de alguna forma tiene un poco de todo eso que he leído, y también influyó ver hace algunos años la serie Espartaco, además de la clásica película. Eso me empujó también, tomé bastante de esa estética. Erovix es un tipo común, quise diferenciarlo de Espartaco pero coincide con la época. Un esclavo, rebelde en un principio, que no quiere saber nada de pelear en la arena para salvarse hasta darse cuenta de que es la única manera de sobrevivir. Resumiendo, es un superviviente y en la guerra de los esclavos cae de rebote, el no busca estar metido en ese conflicto, pero se ve arrastrado a la aventura...
LEER NOTA COMPLETA EN EL DIARIO CULTURAL EL LOBO ESTEPARIO

Gracias a Raúl Bertone por la nota, la difusión y la buena onda!

No hay comentarios :

Publicar un comentario